jueves, 25 de julio de 2024

El exilio de Zelaya

José Santos Zelaya, una figura prominente en la historia de Nicaragua, es recordado por su papel como líder liberal y presidente que marcó un antes y un después en la política nicaragüense. Nacido en Managua el 1 de noviembre de 1853, Zelaya se educó en Europa, donde absorbió las ideas liberales que más tarde influirían en su carrera política.

Su ascenso al poder en 1893 significó el fin de 35 años de dominio conservador y el comienzo de una era de reformas liberales que transformará la nación. Durante su mandato, Zelaya implementó cambios significativos en la educación y la infraestructura, y es reconocido por su esfuerzo en la construcción del Estado nicaragüense moderno.

Sin embargo, su gobierno no estuvo exento de controversias. Zelaya enfrentó críticas por su manejo casi monopolístico de los recursos económicos del país y por su hostilidad hacia los Estados Unidos, especialmente por su esfuerzo en reunificar Centroamérica en 1907. Estas tensiones culminarían en su renuncia y posterior exilio en 1909, tras lo cual vivió en Nueva York hasta su muerte en 1919.

El legado de Zelaya es complejo. Por un lado, es visto como un reformador y unificador, y por otro, como un líder cuyos excesos llevaron a su caída y al inicio de un período tumultuoso para Nicaragua. Su vida y su exilio siguen siendo temas de estudio y debate entre historiadores y entusiastas de la historia nicaragüense.

El Ocaso de un Líder: La Renuncia y Exilio 

El 24 de diciembre de 1909 marcó el fin de una era en Nicaragua con la renuncia de José Santos Zelaya, un líder que dejó una huella indeleble en la historia del país. Su renuncia, tras 16 años en el poder, fue el resultado de una serie de eventos tumultuosos que culminaron en su partida hacia el exilio.

Zelaya, conocido por sus reformas públicas y su visión de unificar Centroamérica, enfrentó la oposición de fuerzas internas y la hostilidad de los Estados Unidos. Su gobierno, caracterizado por un control casi monopolístico de los recursos económicos, se vio sacudido por revoluciones y conflictos que desafiaron su liderazgo.

La noche de su renuncia, Zelaya abandonó la capital, Managua, escoltado por su guardia de honor y una escuadra de artillería. En un viaje clandestino y silencioso, se dirigió hacia Corinto, un puerto que sería su última parada en Nicaragua antes de su exilio. Acompañado por un grupo selecto de amigos y colaboradores, entre ellos su secretario privado y el empresario estadounidense James Hall, Zelaya se embarcó en un tren especial que lo llevaría a su destino final el exilio.

El viaje fue tranquilo, sin incidentes ni manifestaciones públicas, lo que refleja la discreción con la que se manejó su salida. A pesar de la tensión del momento, Zelaya se mantuvo calmo y aparentemente alegre, una actitud que contrastaba con la gravedad de la situación. Su partida coincidió con movimientos estratégicos de la marina estadounidense, que reposicionaba sus fuerzas en la región, un claro indicio de la presión internacional que enfrentaba.

El exilio de Zelaya no fue prolongado; tras su salida de Nicaragua, se dirigió primero a México y luego a España, antes de establecerse finalmente en los Estados Unidos, donde pasaría el resto de sus días. Su legado, sin embargo, perdura en la historia nicaragüense como un período de transformación y controversia.

La renuncia de Zelaya y su posterior exilio son eventos que resaltan la complejidad de la política centroamericana de principios del siglo XX. Su figura sigue siendo objeto de debate entre historiadores y académicos, quienes analizan su impacto en la construcción del Estado nicaragüense y su relación con las potencias extranjeras.

La historia de Zelaya es un recordatorio de que el poder y la influencia están sujetos a los vaivenes de la política y la opinión pública. Su vida, marcada por la ambición y el exilio, ofrece una perspectiva única sobre la lucha por la estabilidad y la soberanía en una región en constante cambio.

El papel de Estados Unidos en la renuncia de José Santos Zelaya es un tema que ha generado debate entre historiadores y analistas políticos. La influencia de Estados Unidos en los asuntos centroamericanos a principios del siglo XX fue significativa, y la situación en Nicaragua no fue la excepción.

José Santos Zelaya, quien fue presidente de Nicaragua desde 1893 hasta 1909, implementó una serie de reformas progresistas y buscó la unificación de Centroamérica bajo una visión liberal. Sin embargo, sus políticas a menudo chocaban con los intereses de inversores extranjeros, especialmente los de Estados Unidos.

Zelaya en Estados Unidos 


La tensión entre Zelaya y Estados Unidos se intensificó cuando Zelaya comenzó a mostrar interés en la construcción de un canal interoceánico a través de Nicaragua, lo que amenazaba el control y los planes estadounidenses para la región. Además, la ejecución de dos ciudadanos estadounidenses que apoyaban a los revolucionarios contra Zelaya provocó que Estados Unidos rompiera relaciones diplomáticas con Nicaragua.

El gobierno de Estados Unidos, bajo la administración de Theodore Roosevelt y luego William Taft, jugó un papel clave en la revolución de 1909 que finalmente llevó a la renuncia de Zelaya. Se ha documentado que Estados Unidos apoyó a las fuerzas conservadoras lideradas por Juan José Estrada, quien encabezó la rebelión contra Zelaya.

Además, la llamada "Nota Knox", enviada por el secretario de Estado estadounidense Philander Knox, ejerció una presión política considerable sobre Zelaya, instándolo a abandonar su cargo. Esta nota es vista por muchos como un ultimátum que precipitó la renuncia de Zelaya y su salida del poder.

Estados Unidos desempeñó un papel decisivo en la renuncia de Zelaya, utilizando tanto la diplomacia como el apoyo a las fuerzas opositoras para asegurar sus intereses en la región. Este episodio es un claro ejemplo de la influencia política y militar de Estados Unidos en América Latina durante el siglo XX.

Artículos en el periódico New York Times sobre Zelaya 

https://www.nytimes.com/1919/05/19/archives/gen-zelaya-dies-after-long-exile-was-once-charged-here-with-killing.html?searchResultPosition=4

martes, 9 de julio de 2024

Dia del estudiante

 ¿Porqué celebramos el dia del estudiante? 

Nuestro país ha vivido numerosas situaciones en las que la población estudiantil ha sido la vanguardia en la lucha por defender sus intereses. En este episodio de la historia de nuestra nación, no es la excepción. Sin embargo, en esta ocasión, el detonante de los acontecimientos está vinculado a la lucha de diferentes actores por derrocar la tiranía somocista. Por esta razón, el 23 de julio de 1959, los estudiantes universitarios salieron a las calles de León para protestar por la masacre cometida por la Guardia de Somoza en el Chaparral, frontera con Honduras. En esta masacre, nicaragüenses que formaban parte de columnas insurgentes intentaban derrocar a Somoza e instaurar la democracia.

Foto del funeral de los estudiantes asesinados por la GN- León 1959

Durante la protesta en León, el mayor GN Anastasio Ortiz dio la orden: ¡Fuego! cuatro estudiantes cayeron muertos y decenas quedaron heridos, este trágico evento marcó un hito en la lucha estudiantil contra la opresión somocista y resaltó la valentía y el sacrificio de los jóvenes en la búsqueda de la justicia y la democracia. 

El 23 de julio de 1959, una fecha fatídica para la historia de Nicaragua, la Guardia Somocista asesinó a cuatro jóvenes estudiantes: José Rubí, Mauricio Martínez, Sergio Saldaña y Erick Ramírez. Hoy, estos valientes son recordados como los "Mártires de 1959".

Féretro de los cuatro estudiantes acribillados por la GN 

El 22 de junio de 1959, los sucesos de el Chaparral, donde Carlos Fonseca Amador, hasta hace poco estudiante de la Facultad de Derecho de la UNAN, resultó gravemente herido, agitaron a los estudiantes universitarios. Organizaron marchas de protestas en León y Chinandega, exigiendo justicia y democracia. 


Portada de la Prensa el 23 de julio de 1959


Desfile de los Pelones en León.

El 19 de julio de 1959 el movimiento estudiantil de la Universidad, presidido por el Br. Joaquín Solís Piura, había decidido que el desfile de los pelones se realizaría el 23 de julio siendo una marcha de duelo por los acontecimientos del Chaparral, ya que en las calles de León se corría el rumor del asesinato de Carlos Fonseca a manos de la GN nicaragüense y el ejército de Honduras.  

A las 4 y 10 pm la marcha concurrida por estudiantes universitarios y de secundaria además de la población general de León, salen del edificio central de la Universidad dos calles al sur estaba apostado un pelotón de la Guardia Nacional, la guardia pretoriana de los Somozas, está no deja pasar la marcha, posteriormente los manifestantes se sientan en el pavimento, en los alrededores de la Facultad de Derecho detienen a unos estudiantes, la situación se torna tensa, después de dos horas, los estudiantes proponen replegar a los dos grupos, esta es aceptada por la GN, cuando ambos grupos retroceden se da la orden de disparar.

Fernando Gordillo, se arropó con la bandera de la Universidad y se encaminó a enfrentarse con el pelotón de la Guardia Nacional, este momentos antes se la había arrebatado a otro joven que caminaba en dirección a la escuela de comercio Matamoros, Ernesto Castillo le detuvo a gritos.

Portada de la Prensa 25 de julio de 1959

La Tarde del 23 

"¡Libertad! ¡Libertad! ¡Libertad!, había sido una experiencia embriagadora. Recuerdo que caminábamos volviéndonos a ver, como si en cierto modo quisiéramos convencernos de la realidad que estábamos viviendo. La gran figura de Manolo Morales se destacaba en mitad de la calle entre Solís Piura y Francisco Buitrago, desde las aceras la gente nos miraba complacida y muchos gritaban con nosotros. ¡Libertad! ¡Libertad! ¡Libertad!" 



















Es con el primer gobierno sandinista que se eleva el dia 23 de julio de cada año
por decreto de la Asamble Nacional, como dia del estudiante nicaragüenses en
honor a estos héroes, según decreto de ley 1487 aprobado el 18 de julio de 1984.


¿Y qué es la acción guerrillera del Chaparral? 

En junio de 1959, surgió la guerrilla de El Chaparral, apoyada directamente por el Comandante Ernesto "Che" Guevara, quien designó como jefe al exoficial de la Guardia Nacional (GN) nicaragüense Rafael Somarriba, debido a su experiencia militar. Además, integró a un grupo de cubanos encabezados por Onelio Hernández y Carlos Lugo, quienes formaron parte de la columna denominada Rigoberto López Pérez. La columna estaba compuesta por 75 hombres y se estableció en El Chaparral, Honduras.

El 24 de junio, las fuerzas militares hondureñas, bajo el mando del Capitán Andrés Espinoza, atacaron por sorpresa a los guerrilleros con fuego de morteros, granadas y ametralladoras. Después de una hora de ataque, el jefe militar hondureño conminó al grupo a rendirse. Los militares solicitaron hablar con el jefe guerrillero, quien aceptó y ordenó el cese del fuego. El Capitán Espinoza les comunicó que tenía órdenes de no tomar prisioneros, por lo que los combates prosiguieron por dos horas más.

El resultado fue varios muertos, entre ellos el Comandante cubano Onelio Hernández, y varios heridos, incluido Carlos Fonseca Amador.

El Capitán Andrés Espinoza dio la orden de cesar el fuego y anunció a los jefes guerrilleros que tenía nuevas instrucciones para negociar la rendición. En ese momento, los rebeldes estaban también rodeados por tropas de la guardia nicaragüense. El Comandante Somarriba, después de consultar con los mandos, aceptó la rendición con el compromiso de que se les respetara la vida.

Guerrilla del Chaparral en la cual participa el joven estudiante Carlos Fonseca, apoyada por el Che Guevara y el presidente de Honduras Ramón Villeda Morales, masacrada mediante un operativo conjunto de las Fuerzas armadas hondureñas junto a la Guardia Nacional de Somoza (1959)



Bibliografía

https://versedmun.blospot.com/2011/05/15-16.html
La Prensa
Digesto Jurídico de la Asamblea Nacional
Manfut.org
Barricada