jueves, 25 de agosto de 2022

¿Quién mató a Somoza? 2

Relaciones amistosas entre el FSLN nicaragüense y el ERP argentino habian sido establecidas antes por Carlos Fonseca y Mario Roberto Santucho iniciaron el contacto. Ramón habia retomado el hilo hacia menos de una año, cuando fue invitado a la Habana para asistir al aniversario de celebración del asalto al Cuartel Moncada. Fue entonces cuando hizo amistad con Jacinto Suárez, un cuadro sandinista. (Alegria & Flakol, 1993, pág. 19)

Los tres amigos Ramón, Santiago y Armando, acostumbraban reunirse una vez por semana en el restaurante Los Gauchos para compartir algunas cervezasy saborear un asado. 

Esta vez Ramón aprovechó para ventilar sus inquietudes sobre la situación poco esperanzadora de Argentina y el otro problema que le preocupaba: mantener cohesionado el pequeño grupo que estaba en Nicaragua. 

Debemos pensar en algo concreto- prosiguió Ramón -, algo que motive a los compañeros a manterse unidos alrededor de un proyecto especifico que aborda todas nuestras energias. 

Sin duda aisintió Santiago, pero a la vez debe ser algo que fortalezca los lazos que nos unen con los compañeros que han quedado dentro del país. 

Ramón dejó suelto momentáneamente un hilo de la trama lógica que esta tejiendo y recogió otro: la actividad contrarevolucionaria cuya principal fuente eran las bandas de Guardias somocistas en la forntera de Honduras. 

Estaba convencido que alguien los mantenia alli, en campamentos provisionales, pero bajo disciplina militar y con un abastecimiento adeucado de alimentos y municiones. Alguien los mantenia alli, animándoles para que irrumpieran periódicamente en territorio nicaragüense.

Lei en alguna parte que Samuel Genie tiene por lo menos doce hombres de su seguridad velándolo dia y noche, aparte de la policia y las fuerzas de seguridad de Stroessner. Seguro que eligió una fortaleza parecida al bunker de Tiscapa para vivir. 

Un lugar tranquilo, lo que necesita para su corazón. Probablemente va a morirse de cirrosis al higado a los 85 años. 

! Ah no¡ saltó Armando, seria una vergüenza histórica permitir que ese asesino se muera tranquilamente en su cama de tanto beber guaro. 

Bueno. Entonces ¿ por qué no hacemos algo al respecto? (Alegria & Flakol, 1993, pág. 31)






Gorriaran Merlo, E. (2003). Memorias de Enrique Gorriarán Merlo : de los Setenta a La Tablada. Buenos Aires : Planeta .

Zub Centeno, M. (2016). Somoza en Paraguay. Vida y muerte de un dictador. . Managua : Hispamer.

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